jueves, 14 de noviembre de 2013

¿Amor o atracción animal?


Hablando con unos amigos, bebiendo piña colada en un acogedor rinconcito de mi ciudad, defendía mi postura  acerca de la relación entre amor y atracción animal. ¿Les comento? Claro que sí, al final sé que estarán de acuerdo conmigo. Lo mejor es dejar establecido un criterio: somos animales. Ey, no pongan esa cara, que estaremos en el tope de la cadena evolutiva pero seguimos siendo animalitos, mamíferos. Una vez llegado a un consenso, prosigo.
Animales al fin y al cabo, nuestro sistema nervioso trabaja con hormonas e impulsos eléctricos y buscamos siempre el instinto reproductor de perpetuar la especie con los mejores códigos genéticos posibles. ¿Y cómo creen que pasa eso? Pues precisamente gracias a las hormonas y los impulsos eléctricos.
Veamos, ¿cuántas veces no hemos dicho “No hay química”; “Fue un chispazo”? Anjá, ahí están nuestros  instintos animales trabajando. Soy del criterio que si dos personas, cuando se conocen por primera vez, no sienten una atracción magnética instantánea, entonces a la larga la cosa no va a funcionar. Si de todas formas le damos (nosotras las mujeres somos expertas en esto) el beneficio de la duda a la persona, entonces queda la prueba número dos: el primer beso. 

Ese intercambio de fluidos salivares es una forma de nuestro organismo de definir si nuestra pareja es la ideal para la reproducción. Por eso si no les gusta ese primer beso, retrocedan, huyan, que están condenados al fracaso.
Algunos me dirán “¿Y los sentimientos? ¿No cuentan?” Señores, ¿cuál es la definición científica de sentimientos? Sí, exactamente, impulsos eléctricos de nuestro cerebro asociado a glándulas productoras de hormonas.
Uno de mis amigos, ofendido con mi opinión, preguntaba dónde encajaba mi teoría en aquellas relaciones de amistad de muchos años y que en un momento determinado se dieron cuenta de que había algo más. Con una sonrisa de picardía lo miré sin decir nada. Él mismo, después de pensarlo un momento, llegó a la conclusión obvia: en ese momento en que todo cambió quienes actuaron fueron los impulsos eléctricos y las hormonas. Riendo, mi amigo tuvo que admitir que yo tenía razón.
Les digo, los instintos animales son el indicador ideal para que el corazón se salte varios latidos por amor.

jueves, 22 de agosto de 2013

Cocina cubana, de inventos y locuras


Vamos a hablar de cocina cubana. No de esa que en recetas perfectas sale en libros y programas televisivos. Me refiero a la que, con la capacidad inventiva de los cubanos, nos enfrentamos cada día.
Recientemente estuve de visita por La Habana (Ustedes dirán, qué tiene que ver una visita  a La Habana con cocina cubana. No se desesperen queridos lectores y déjenme terminar), en casa de mi hermana. Ella está embarazada y el médico le recetó reposo absoluto.
 Ahí entro yo, de lectora compulsiva a cocinera experimentada. Figurativamente me subo las mangas hasta los codos (Sí, porque al que se le ocurra andar con mangas este verano, con el calor que hace en Cuba, mmm) y me enfrento a la honrosa tarea de alimentar a mi hermana, a mi sobrino por nacer, a mi cuñado y a mí, qué caray.
Y ahora la receta…taraaaan
Paso 1: Pregunte a sus posibles comensales qué quieren que les hagan de comida. Ojo, porque con tremenda indiferencia te dicen “cualquier cosa” y cuando te apareces con precisamente eso pueden alegar con una tranquilidad espantosa que el esfuerzo culinario fue en vano. Al final la decisión fue que hiciera arroz amarillo con pollo.
Paso 2: Recolecte los ingredientes de la receta. Asegúrese de tener arroz y pollo a la mano (En este punto, cuando le esté preguntando al refrigerador “Oh genio de fantástico ingenio, ¿dónde está el pollo por pescado de este mes?” y el refrigerador no le pueda contestar, pues no le queda otra opción que cambiar de ingredientes, pero no se preocupe, los pasos son los mismos)
Tenía a mano:
4 latas de arroz blanco
3 postas de pollo
¡Un momento! ¿Y las especias? Buceando en estanterías de la alacena logré encontrar, cual arqueóloga que halla su primera civilización perdida:
4 hojas de laurel
1 cabeza de ajo chileno
6 cebollinos morados
1 cucharada de un polvo ahí que se parecía al bijol y con las mismas propiedades.
Paso 3: Este es un paso aburrido, pero necesario. Pele el ajo, los cebollinos, añádele la sal, y en un mortero, macere bien. También en este punto, en dependencia de la calidad del arroz, puede prepararlo, cernirlo, escogerlo, cualesquiera sean las frases que denominen esa actividad.
Paso 4: ¡La preparación! En una olla de presión, por 15 minutos ponga a ablandar el pollo con 4 latas de agua, el equivalente a la cantidad de arroz. Así cuando esté listo el pollo, el arroz se cocinará en ese caldo sustancioso y será la receta más nutritiva. Añada el arroz, las sazones, el laurel y el polvo raro ese.
Advertencia: Si el pollo se le pone de un color amarillo brillante, entonces se le fue la mano con el polvo. (Lo digo, ejem, por experiencia) 
Una vez hecho esto pasamos al paso 5: En lo que espera 15 minutos más para que el arroz esté, haga como yo y lea un buen libro. En mi caso, recomiendo ¡Vampiros en La Habana!, storyboard novelada de la genial película homónima, de Juan Padrón.
Paso 6: El mejor de todos ¡la degustación! Puedo asegurarles que mi arroz quedó delicioso.
Nota a pie de página: ¿Recuerdan la advertencia del paso 5? Les digo, el único defecto de mi receta fue que, en vez de ser arroz amarillo con pollo, terminó siendo arroz “amarillo pollito” aderezado con ensalada de zanahorias ralladas. ¿No me creen? Aquí está la foto como prueba. 

viernes, 19 de julio de 2013

La annoying thing por los campos de Cuba

Hace pocos días viví una experiencia interesante: recorrí los 60 km que separan el pueblo de mis abuelos de mi ciudad de Matanzas en una motocicleta. Esto no quiere decir que no haya montado una antes, simplemente no había recorrido esa distancia.
Siempre con la amenaza de un aguacero tropical y cubanísimo (puede llover cuando menos te lo esperas, puede durar un segundo o una vida, además ser un pequeño chubasco o una tormenta eléctrica de grandes proporciones) traté de relajarme y disfrutar el paisaje.
Reconozco que fue muy divertido. Mientras intentaba mantener el equilibrio, el casco siempre se inclinaba a un lado pero eso no impedía que me extasiara mirando los campos mojados, el olor a lluvia y tierra húmeda cosquilleando en mi nariz.
Yo no contaba con ese viaje, fue una sorpresa, de ahí que no estuviera preparada para el asunto: mi pantalón blanco terminó mutando en una prenda manchada que sería la envidia de Cruella Devil.

Otro punto de interés fue la propia carretera, sinuosa, con infinidad de curvas, vaivenes, charcos y elevaciones: toda una pista de motocross. Por momentos salía el sol y cerraba los ojos para absorber los rayos balsámicos de las 4 de la tarde. De más está decir que aún conservo las líneas de las mangas de mi blusa en mis brazos.
Debo confesar que cuando llegué a mi casa las piernas me temblaban...Para el próximo viaje regreso en automóvil porque aunque la posición de sentada en la moto puede ser eró...ejem, divertida, acomodarse en el asiento trasero del auto (el asiento del protocolo, como lo llamo yo) te da la sensación de estar más pegada a la tierra.
 

miércoles, 3 de julio de 2013

Primer paso de este regalo

Tengo que publicar un blog. Es inevitable. Sin embargo no sé de qué. Comienzo el brainstorming pensando en un título, en un motivo, en un perfil. Después de mucha "cerebración profunda en mi cabeza", como el rey lémur de Madagascar, llego a la conclusión que no tengo que tener el gran olfato periodístico o caer en crónicas sensibleras. Simplemente, tengo que ser yo misma.
Por eso este blog se llama así "Sonrisas de Cuba" porque soy del criterio, y es parte de mi identidad, que hay que sonreír siempre. Sonreír es algo contagioso, y si no me creen, sonrían en público para que vean cómo los que los rodean terminan sonriendo también. Tal vez los tomen por locos, pero uno de los mejores axiomas de la humanidad es que no hay nada más cuerdo que un loco. Los cubanos somos así, capaces de revivir un muerto con nuestra risa.
Así que queda definido, este, mi blog, es para que yo pueda dar rienda suelta a mis sonrisas y locuras particulares, porque una sonrisa es el mejor regalo. Este es mi regalo.